Feminizado (version definitiva)
Fecha: 19/06/2017,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... lista para la guerra.
Silvi me miraba fascinada y sin duda se había puesto cachonda conmigo.
En cuanto su madre salió a hacer una diligencia, Silvina se me arrimó y comenzó a acariciarme mi espalda, luego mi cola, para terminar deslizándose por mis piernas.
Me decía que si bien gozaba mucho con Martín y otros muchachos, yo era su novio ideal y por eso quería irse a vivir conmigo, me besaba y abrazaba y así terminamos revolcándonos como dos gatas en celo.
El aire se enardeció nos besábamos desenfrenadamente, ella comenzó a succionarme la polla y yo su vulva, hicimos el "sesenta y nueve" en el suelo, hasta alcanzar un potente orgasmo.
Luego nos vestimos y salimos a enfrentar a mi madre contándole lo que ya era irreversible, mi decisión de dejar de ser Gabriel, para convertirme en Gabriela.
6)
La decisión de contarle a mi madre, que estaba transformándome en mujer, me había llevado a pedirle a mi novia Silvina que me ayudara en tal dura tarea.
Como ya lo narré, Silvina y su madre me prepararon para ello con mucho cariño y esmero, dejándome hecha una princesa.
Ya me había acostumbrado a usar ropas de chica, lo que parece muy fácil pero no lo es.
Mas de uno cree que todo se limita a vestir faldas cortas, pero hay mucho mas.
Hay que saber mostrar las piernas, caminar evitando que la minifalda se suba mas allá de los glúteos, no tropezarse con los tacones, contornearse femeninamente, avanzar como una felina, no mirar a los hombres directamente a los ...
... ojos, balancear los brazos con estilo y tantas otras cosas que mi noviecita y su madre me fueron enseñando hasta convertirme en toda una damita.
La mayoría de los travestis, habían tenido que aprender a serlo por sí mismos o ayudados por otros travestis, yo en cambio estaba siendo adoctrinado por dos mujeres espectaculares, mi novia y su madre.
Mi novia había ido sacando a la luz mi reprimida faceta mujeril, hasta transformarme en una par suya y su madre había colaborado con la experiencia de una bellísima mujer madura que debía conquistar fuera de su casa hombres que suplieran la insatisfacción sexual provocada por la desgracia de tener un marido impotente.
Nos encontrábamos Silvina y yo muy bien vestidas para ir a visitar a mi propia madre y contarle todo.
Se habrán dado cuenta a medida que avanza mi relato me resulta más difícil referirme a mi como masculino y eso también ha sido producto de mi proceso de feminización.
Como era de esperar mi madre solo reconoció a Silvina y pensó que yo era una amiga suya y que la visitábamos por cortesía.
Cuando le dije entre nervios y tartamudeos que era su hijo Gabi, ella se quedó petrificada, pareció que iba a reaccionar muy duramente, pero luego de guardar un profundo silencio me dijo:
Tengo que decirte una cosa, cuando te concebí esperaba una hija, deseaba profundamente tener una niñita y cuando te ví con tu tímida pollita, me puse muy triste. Hijo, cuando eras una criatura alguna vez te vestí con las ropas de tu ...