1. El almacenero de mi pueblo


    Fecha: 17/02/2023, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: robertuy, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Esto me ocurrió cuando era adolescente. No era mi primera vez, no quiero decir la edad, tal vez resulta chocante, pero desde muy chico tuve relaciones sexuales con mis compañeros de escuela (o colegio como quieran llamarlo) y con algún adolescente; pero mi primera vez con un señor mayor merece ser contado. 
    Había llegado a lo que en Uruguay llamamos almacén (que en otros lados se llamará despensa, mini-mercado, etc.), es un lugar donde se venden mercaderías.  Vivía en una ciudad tranquila (Young) y un barrio tranquilo. Los domingos a la tarde eran para morirse de aburrimiento. El señor almacenero "Don Rodríguez", abría cerca de las 15:30 y no iba nadie. Aburrido, le pedí plata a mi madre y fui al negocio de "Rodríguez".  Entré, estaba al fondo solo y sus ojos, noté "picardía" al verme. Como que se iluminaron los ojos y yo pensé cualquier cosa, menos cosas a nivel sexual, al contrario, era una persona muy simpática y muy chistosa. Me dice "tengo en el fondo unos cajones para arreglar y reacomodar ¿vos me podés ayudar?". Si, no tengo problema (le respondí). El almacén era pequeña y al fondo había una especie de galpón donde el acumulaba mercadería.  Noté algo muy extraño, mientras yo me dirigía hacia allí, noté que cerraba el almacén y cerraba las cortinas.  Igualmente, nunca pensé que iba a pasar lo que después pasó. Llego al lugar y lo veo casi vacío, a su vez, no lo ...
    ... veía por ningún lado a "Rodríguez"; yo en vez de irme o volver, me quedé esperandolo.  Lo veo entrar, entra de espalda y veo que también cierra el galpón, al verme, simplemente agarra y desde su bragueta saca su pene en notorio proceso de excitación... yo me puse nervioso y asustado, pero en un instante me empezó a gustar la situación, especialmente cuando ví como esa mini-anaconda de color marrón y venoso comenzó a endurecerse. Me dice "espero no ofenderte, se que a vos te gusta esto, vos pedime lo que quieras para pasarla bien"; yo le digo simplemente "¡tranqui Rodríguez! usted es una persona de bien y no quiero nada con usted... le pido simplemente que tampoco le diga nada a nadie y que si me quiere coger, que me la meta bien despacio, está super grande".  Me puse de rodillas para saborear esa enorme verga; nunca había visto algo tan grande, venoso, peludo y que hasta el olor era diferente.  Se la chupé con alma y vida.  Recuerdo como no podía chuparle más que menos que la mitad y hacía esfuerzos enormes para no mordersela, mientras me decía "¡ufff! que bien que la chupás! ¡seguí seguí que yo te aviso cuando quiera acabar!" Me propuso pagar una linda plata por dejarme acabar en la boca, pero no quise. Me puso en 4 patas y empezó a metérmela, empecé a gritar y la sacó enseguida... resolvimos ese problema bien fácil: le hice una paja y ví como acababa como una manguera. 
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