El camarero - Relatos Eróticos

El camarero

... todas sus tetas y labios. Él me empezó a decir cosas guarras y solo me calentaba aún más y más. 

Me saqué la ropa y quedé en boxer, dejando a luz mi gran bulto. Daniel fue directo ahí y me sacó la polla y empezó a chuparla sin parar. Parecía que me la succionaba, su lengua era impresionante, Daniel no paraba de chuparmela y me corrí en su boca, se tragó absolutamente todo el semen sin dejar una gota y atinó a besarme apasionadamente. 

Me puse por debajo de él y sentó su culo sobre mi pene. Costó entrar pero había traído lubricante, luego de echarselo mi pene entró entero. Me sentí como si estuviera en el cielo. Su culo era muy apretado y gigantesco.
Empezó con un ritmo lento de cadera metiendo y sacando mi pene de su culo, hasta que se posicionó y empezó a ir más rápido, yo estaba en el climax total. No paraba de jadear Daniel pidiéndome toda mi polla, que le acabe en toda la cara. 

Luego empezó a darme unos sentones que me dejaron sin una gota de semen, su culo se tragaba entero mi pene. En cada sentón pegaba un gemido tan hermoso que jamás olvidaré, casi rompe la cama de tan fuertes que eran sus sentones en mi polla. 

No aguanté más y perdí el control, lo puse en cuatro, golpeé su culo:

Yo: Quién es mi perra, mi puta que me entrega su culo.

Daniel: Yo papi sí!! Dame toda tu leche dentro de mi culo, así así!!

Empecé a embestir su culo y lo azotaba sin parar, empezó a gemir como toda una perra y sin antes acabar le tomé de su pelo castaño y un poco largo. Lo apoyé contra la pared y rompí todo su culo mi pene entraba y salía lleno de fluidos y ambos gemiamos. Hasta que no pude más, lo abracé con todas mis fuerzas hasta y seguía embistiendo su culo.

Luego saqué mi pene de su hermoso culo y acabé a chorros en su cara. Terminamos y repetimos algunas veces más. Volví ese día a mi casa con una sonrisa, sabiendo que me había vuelto gay. 



Luego contaré mis futuras experiencias, el que quiera escribirme o quiera más confesiones solo comente.