Fecha: 25/11/2022,
Categorías:
Primera VezTus Relatos
Autor: Mario Ramírez, Fuente: drugsounds.ru
Siempre tuve la fantasía de ver a mi esposa cojiendo con otro o con otra. A escondidas me he masturbado en el baño pensando en llevarlo a cabo algún día.
El tiempo fue pasando y estando de vacaciones en Río de Janeiro – Brasil, luego de los días de playa, volvíamos al hotel para ducharnos y ponernos “lindos” y salir a recorrer la ciudad y buscar algún lugar para cenar y luego un show.
Una noche fuimos a tomar unos tragos en bar bastante concurrido, pero todos sentados a su mesa. La mayoría éramos gente mayor, es decir, viejos de 60 en adelante. Charlamos con Virginia, mi esposa, mientras tomábamos algo, cuando de pronto las luces disminuyeron casi al máximo y se encendió un reflector en el centro del salón a escasos dos metros nuestro. Una música lenta, sensual se empezó a escuchar y apareció una parejita de jóvenes que bailaron lento y fueron acariciando y besándose. Seguidamente, él la empezó a desnudar a la chica y ella a él. Quedaron desnudos bailando sensualmente. Al cambiar el tema musical, la parejita terminó franeleando en el piso, sobre la alfombra. Pasaron de un 69 a penetración vaginal y luego anal. Con Virginia nos mirábamos atónitos, pero por efecto del alcohol bebido, nos excitaba ese show. Cuando terminaron, las luces volvieron a quedar normal y disimuladamente, miramos al resto de gente del lugar y todos nos notábamos algo cachondos.
Más tarde, nos fuimos con mi esposa, tomados de la mano caminamos por la costanera y legado un momento nos detuvimos ...
... y abrazamos y besamos con pasión. Miramos hacia todos lados y nos perdimos caminando descalzos por la arena, en la soledad de la noche. Virginia estaba súper cachonda y me sobaba el bulto. Volvía a mirar a nuestro alrededor y le insinué coger allí mismo y ella aceptó gustosa. Nos echamos flor de polvo y lentamente nos recompusimos y seguimos caminando por la arena hasta regresar a la vereda de la costanera.
Ella me abrazaba feliz y yo aproveché para confesar mi fantasía de verla coger con otro u otra. Ella me miró a los ojos, pero no enojada, al contrario, y sonriendo me dijo:
¿Y por qué no hacerlo acá en Río, si nadie nos conoce?
La miré feliz y le dije que debíamos buscar con quien hacerlo.
Virginia, decime con sinceridad… ¿te gustaría hacerlo con hombre o mujer?
Ella respondió:
De ser posible, con ambos, pero por separado.
¡¡¡Guau!!! –Exclamé contento.
Regresamos al hotel y luego de una ducha volvimos a coger y planear el deseado encuentro y dónde lo haríamos. Virginia explotaba de calentura fantaseando en ser penetrada por todos lados y, por otra parte, en su primera experiencia lésbica, cuando ella me sorprendió diciendo:
¿Y vos, mi amor? ¿Te animarías a tener una experiencia gay con un negro que te rompa el culo, mamarle su enorme verga, para complacer a tu, próximamente, “putita” esposa?
La miré y riendo le dije que, con tal de verla gozar con esa posibilidad, lo haría con gusto y aclaré que también era una de mis fantasías favoritas.
Volvimos a coger ...