Con una de 22 - Relatos Eróticos

Con una de 22

Ella estuvo de acuerdo, así que salté.  Mierda,  no había comido coño en mucho tiempo.  Y no uno tan joven.  Me dijo que apenas tenía 22 años y que estaba desesperada sexualmente.  Estaba nerviosa y no sabía lo que le estaba pasando.
   Traté de no ser grosera, pero le tapé la boca con la mano y seguí disfrutando de esos labios tersos,  depilados, con un aroma embriagador.  Mi lengua recorrió sus pliegues, mientras la suya jugaba con mis dedos.  No quería escucharla hablar, solo quería saborear estos jóvenes labios.
   Mmmm, como se lubricaba la chica, todo fluido, y como se le dilataba el coño al sentir mi lengua entrar en su agujero.  Quería insertar sus dedos y correrse en mi boca, pero eso no estaba en el mensaje, así que hasta que dijera eso, todo lo que podía hacer era chupar, lamer y morder.
   Mi lengua se movió sobre su clítoris, absorbiéndolo, y justo en ese momento me pidió que insertara sus dedos.  Era música para mis oídos.  Su posición era incómoda, así que me senté en su taza y levanté su pierna hasta mi hombro, para que fuera más fácil comer e insertar mis dedos.
   El ritmo era rápido y ella exigía más y más.  Así que aumenté el ritmo de mi lengua y mis dedos.  Los metió y los sacó.  Le chupé el clítoris hinchado.  Se estremeció, estiró los brazos para agarrarse a las paredes y empezó a mover las caderas.
   ¡Mierda!  Estaba literalmente jodiendo mi boca.  Me gusta eso.
   Mis dedos la penetraron y mis labios la chuparon, se tambaleó, le temblaban las piernas y….  Llegó, de su boca salió un gemido inconfundible, un gemido desbordante de placer.
   La ayudé a no caer.  Se puso las bragas, no sabía cómo seguir, así que me levanté, le di un besito y le dije:
   - Fue realmente un placer.  Hasta la próxima vez... 
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