OTRA AMIGA PUTA QUE SE ANIMA A CONTAR SUS HISTORIAS - Relatos Eróticos

OTRA AMIGA PUTA QUE SE ANIMA A CONTAR SUS HISTORIAS

... nuevo y podríamos estar en casa tranquilos.
Llegó el día, las calles del pueblo se ponen desiertas por la siesta. Los tíos llegaron, no hubo mucho preámbulo, simplemente los esperé con una bata puesta. Cuando se trabaron las puertas la dejé caer para que admiraran mis grandes curvas, mi concha depilada y les mostré como tenía mi culo preparado con un plug anal inserto.
Les pedí que ellos también se desvistieran, les daba un poco de vergüenza, pero les dije que solo me interesaba sus vergas. Los 4 en pelotas, con sus vergas ya firmes. Cual de todas mas grande, era el cielo para mí en ese momento, ya no pensaba en la venganza, solo pensaba en disfrutar cada rabo.
El tío Miguel, era el rabo como de caballo, gigante por donde lo mires, con una cabeza inmensa, sería el último en visitar mi culo por que querer hacer entrar ese pedazo primero seguro sería muy doloroso.
Me arrodille frente a ellos para saborear un poco sus pijas. Luego nos acomodamos en el sofá para que me chupen todos los agujeros y comiencen a penetrarme a su antojo. Estos toros me dieron duro por todos lados, les pedía que me dejen toda la leche dentro. El tío Miguel ya me había hecho una descarga en mi concha y yo se la estaba mamando para ponerla dura de nuevo, al punto que cuando lo estuvo su glande no entraba en mi boca. Por lo al descargarse su hermano en mi culo, de inmediato tomó su lugar. Mis tripas lo recibieron ya llenas de leche, por lo que no tenía drama en deslizarse por mi interior, empujando ...

... cada vez más profundo. Cuando todos tuvieron suficiente se retiraron prometiendo nuevas visitas.
Ya llevábamos dos meses con esta situación, mi marido viajaba y llegaban todos juntos a darme una buena cogida hasta dejarme ardida por todos lados. Y los otros días a veces coincidían dos a la vez, y en otros días de a uno me daba duro. Ya empezaba a tocar menos a mi marido, el cual tampoco reclamaba, por lo visto la llevaba bien con su amante.
Ya llevaba un tiempo en que notaba que uno de sus amigos, llegaba seguido por el pueblo cada vez que mi marido se ausentaba, siempre de casualidad pasaba por casa, ya me había percatado de que me quería avanzar pero todavía no sabía como, ya que el tipo era desagradable para mí. Arrogante, creído, aunque debo reconocer que era muy apuesto. Cada vez que frenaba en casa me lo quitaba de encima delicadamente, pero aún así insistía.
Una siesta, me tocan el timbre, no damos bolilla y seguimos cogiendo, pero insisten, insisten, insisten. Me pongo mi bata, y salgo a ver, era este tipo de nuevo. Le digo que estaba durmiendo cuando llego, me dice que quería hablar conmigo y me pide pasar, a lo que me niego diciendo que estaba esperando visitas y no quería que nadie piense mal. La mentira me salió bien en ese momento ya que llega el tió Miguel, quien se había demorado en llegar. Así que me despido y regreso a lo mío. Los otros tíos debían irse ya, pero les pido que esperen a que se retire este sujeto. Una vez hechos, los despedí y me quede a ...