1. Soy un privilegiado.


    Fecha: 24/10/2022, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Nico, Fuente: drugsounds.ru

    Tengo 29 años, morocho con poco estudio y mala suerte. Hasta hace poco todo iba muy mal, 
    Estuve detenido unos días, hace unos diez años, por una acusación y al demostrar mi inocencia, salí. Me sentía horrible y la había pasado peor dentro.
    Al salir conocí a Gisela. Ella tiene 30 y es seis meses mayor que yo, tenía 20 entonces. Está muy linda, tiene un cuerpazo, es delgada pechos grandes, linda cola, sonrisa siempre, y su pelo de color violeta la hacen muy llamativa.
    La conocí buscando donde alquilar algo, y por esas cosas justo conseguí un muy buen trabajo. Al poco ella también trabajó y pudimos comprar una casa pequeña que fuimos arreglando y ampliando. Compramos auto, y equipamos la casa, estamos tan bien que ya hace diez años somos felices y proyectamos ser más felices aún. 
    Ella tenía una hija de cuatro entonces y fue creciendo en casa conmigo como figura masculina, sin decirme papá pero respetando siempre. Es una niña, Karen o lo era porque había ido creciendo, muy inquieta y cariñosa. Siempre anduvo pegada a mi y me demostró su gran cariño. Al ir creciendo poco cambió, y su cuerpo fue lo que más se notaba. Parecida a la mamá, algo más baja pero delgada con buenas formas y más simpática que la mamá.
    La había notado inquieta y más pegada que de costumbre, hasta buscando que la toque. Se sentaba a mi lado bien pegada y me agarraba el brazo pasando por detrás de su cuello, dejaba mi mano colgando de su hombro y acomodaba los dedos para que le lleguen a los pezones. ...
    ... En otras oportunidades se me sentaba en las piernas y como en casa andamos en ropa interior desde siempre, me rozaba el pene con sus nalgas y hasta se movía para sentirlo.
    Traté de no pensar en eso y hasta la corrí un par de veces.
    Alguna vez que hable con su madre, le restó importancia y no volví a hablar del tema.
    Una tarde después de almorzar me quedé mirando un partido por tv y algo cansado, mal juego, y la digestión me hicieron estar somnoliento. Tenía los ojos cerrados y estaba echado para atrás, y sentí que apoyaba la cabeza en mi pierna y me acariaba mi pecho. Por ese estado no tome conciencia de que se me había parado la pija y se había salido por la bragueta del calzoncillo quedando dura apuntando para arriba. Sentí su mano acariciando mi verga y solo pude reaccionar cuando mi pija recibió un par de besos y pasadas de lengua. 
    Mire entredormido esperando ver a Gisela que suele despertarme con una mamada, y me asusté cuando ví que era Karen la que me lamía la verga.
    No reaccioné y quise ver qué hacía, en realidad su lengua húmeda y calentita me daba mucho gusto en la pija. Me calenté más aún y solo bajé una mano hasta su cola. Ella me agarró la mano, sin dejar de pasar la lengua por la pija y la puso entre sus piernas, apretando contra su conchita que se sentía calentita.
    Moví mi mano presionando y la dejé lamer mi pija, pero duró muy poco porque ver una chiquita así de entregada a chupar mi pija me hizo que le soltará unos chorros de leche que mojaron todo, ...
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