1. El poder 1 (por Rota)


    Fecha: 29/07/2017, Categorías: Tabú Autor: morbit, Fuente: xHamster

    Sucedió hace unos años, cuando apenas había cumplido los 16, que estaba viendo un programa de televisión de variedades donde entrevistaban a una persona que decía tener el poder de mover objetos con la mente. El tema me resultó curioso, pero no le di demasiada importancia en ese momento. Sin embargo, al acostarme esa noche no podía dejar de preguntarme si aquello era cierto, y quiénes podían tener ese poder. El entrevistado había manifestado que se trataba “simplemente” de utilizar una parte de nuestro cerebro que la inmensa mayoría de la gente no explotaba. Los siguientes días, mi intriga fue en aumento, y la curiosidad hizo que tomara una decisión: si se trataba de algo que podía estar en mi cerebro, iba a tratar de aprender a utilizarlo. Así fue, y durante varias noches, cuando mis dos hermanas mayores y mis padres dormían, en la penumbra de mi habitación me concentré en un cenicero que tenía sobre el escritorio, tratando de moverlo con mi mente. Al quinto día, estando totalmente concentrado, sentí como una explosión de luz en mi interior, y puede ver como estando a dos metros del escritorio, el cenicero se movía sin control, hasta llegar al borde de la mesa y caer al suelo. Me quede helado. Probé con la lámpara de sobremesa, y ésta se movió sin esfuerzo. Después de varios experimentos fui consciente de que sin apenas ningún esfuerzo era capaz de “tocar” a distancia mediante mi mente cualquier objeto, pudiendo regular la fuerza, apretarlo, empujarlo, o cualquier otra ...
    ... cosa. Por un instante tuve ganas de despertar a toda mi familia para explicarlo, pero por suerte no lo hice. Esa noche me dormí muy tarde, con ganas de que fuera el nuevo día para seguir experimentando. Al día siguiente era sábado, y mis padres y mi hermana Inés se marcharon a la casa de la playa, dejándonos solos en la ciudad a mi hermana Carla y a mi.Carla tenía dieciocho años, y era la hermana con la que me llevaba mejor de las dos. Aunque al ser mayor que yo salía con un grupo de chicos mayores, de vez en cuando iba con ellos, y entonces siempre me sentía halagado por sus amigos, que a través mío intentaban “hacer puntos” para ligarse a Carla. No era para menos. A su simpatía natural, añadía un cuerpo muy bien hecho, todo proporcionado. Medía 1’67 centímetros, era rubia, con los ojos azules, grandes, un cutis blanco, suave, unos pechos ligeramente pequeños, y una forma de vestir que sin ser provocativa, la hacía ser muy sexi. Ella, sin embargo, a sus dieciocho años no había pasado de algún beso con magreo con alguno de los chicos del grupo. Nada extraño por otra parte, ya que yo a mis dieciséis no había pasado de algunos escarceos infantiles, e incluso mi hermana Inés, con 20 años, no tenía claro qué experiencia tenía. Nuestra educación sexual había sido bastante rígida. Como decía, ese sábado nos quedamos solos en casa Carla y yo, los dos con el teórico propósito de estudiar. Yo me pase todo el día jugando con mi nuevo poder, a escondidas de Carla, y ella encerrada en su ...
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