... que me miraba con lascivia invitándome a unirme...
No me atreví a decir nada, Marco estaba trastornado, la lujuria lo consumía igual que a mí, con la diferencia que la calentura en su mente funcionaba en otro sentido, yo deseaba comerme a su esposa, poseerla de una vez como animal, no más pausas y Marco disfrutaba al parecer su juego, prolongando el momento...
- Aprovecha mamita, chupa las dos vergas. ¿Esto querías verdad?
- Siiii!!
Lety se metía un miembro a la vez en la boca, el mío se lo introducía casi por completo llenándolo de saliva y pasando la lengua por mis testículos, en cambio a su esposo lo hacía con más suavidad bajándole lentamente el grueso prepucio, dando pequeños besos en la punta de su miembro, ambos teníamos nuestras erecciones al máximo, alternaba sus tratamientos sin fallar en la misma técnica, largas mamadas al mío y regresaba al de su esposo lamiendo lentamente el enorme y grueso miembro sin circuncidar mientras jalaba con fiereza el mío, al grado de que temí terminar...
- Metete las dos vergas al mismo tiempo...
- Mmfff...lo intentare...la tienes muy gruesa amor...y David no canta mal las rancheras.
- Tú puedes vieja!. Más grandes te has comido. ¿Te acuerdas de Javier? ¡¡Esa era una señora verga!!...y pudiste tragarte las dos...no me hagas quedar mal con David. ¡¡Y trágatelas!!
Primero se metió la mía dándome una profunda y larga mamada, Marco puso una mano sobre mi hombro para guardar el equilibrio e instintivamente hice ...
... lo mismo, y así semi abrazados acerco su grueso miembro abriéndose camino en la boca de su mujer, la sensación de sentir otro miembro rosando el mío al contacto me causó estupor y un rechazo inicial, mi heterosexualidad reacciono pese a la calentura e instintivamente trate de zafarme, ambos lo notaron ya que sentí la fuerza de la mano de Marco sobre mi hombro evitando que me zafara y a la vez tranquilizándome dándome paternales masajes en mi espalda y nuca, al mismo tiempo la mano de su mujer apretó más mi miembro y se lo introdujo más profundamente en su boca sacando brevemente el de su marido al tiempo que bajaba y subía lentamente el prepucio, la respiración de Lety era más fuerte, de pronto acerco más el miembro de Marcos a su boca juntando nuestros glandes y propinándonos besos y húmedos lengüetazos...
¡¡¡Trágatelas!!! - Ordeno un desquiciado Marco.
Ya no tuve más prejuicios a partir de ahí decide dejarme llevar y disfrutar, se rompían todas las barreras físicas y mentales, metí mi verga erecta en su hambrienta y húmeda boca resbalándome con el miembro grueso de su marido que hacía lo propio entrando y saliendo, Lety con sus manos subía y bajaba nuestros prepucios sin dejar de jugar con su lengua entre nuestras erectas vergas...
- Te gusta amigo?... ¿Mama rico verdad?
- Siii
- ¡Ya cojanmeee! - Lety se sacó de golpe nuestros miembros dirigiéndose a la recamara caminando de prisa solo conservaba las zapatillas que hacían que su culo resaltara. Llego a la cama ...