La Gitana
Fecha: 29/07/2017,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... me agaché para cogerle las zapatillas y las olía mientras ella me mamaba. Soy multiorgásmica y puedo tener siete u ocho orgasmos en una sola sesión, de modo que el poco tiempo me corrí en su boca mientras ella me clavaba sus uñas en las nalgas.
“¡Mama! ¡Mama, gitana cabrona! ¡Mama, so puta! ¡Mama, cerda!....” Me gusta correrme diciendo este tipo de cosas. A ella le gustaba también hablar así.
“¿Te ha gustado, puta?...Menudo chochazo rico que tienes, tesoro.”, me dijo.
“Déjame a mi ahora”, le dije.
“Ella se levantó y se subió la falda hasta la cintura. Me sorprendió que no llevara bragas. Ante mi apareció el coño más peludo que he visto en mi vida. Le llegaban los pelo hasta el ombligo y casi no se le veía la raja. Se sentó en la taza y yo le dije:
“No, con la taza abierta”
“Ya”, dijo ella, como si ya supiera lo que le iba a pedir.
Se quitó la falda para mayor comodidad y además hacia mucho calor allí. Tenía unas piernas impresionantes. Me puse supercachonda otra vez. Se sentó en la taza y subió los pies y los apoyó en la tabla, a los lados se su culo. Así pude ver su raja abierta invitándome a ir a por ella. Así lo hice. Olía un poco más fuerte pero no me importó, estaba muy muy caliente. Ella empezó a retorcerse mientras me agarraba la cabeza y la apretaba contra su coño.
“¡Mama, reina, mama!.....¡ que bien lo haces para ser paya..! …. ¡Me vas a reventar el chocho….!....¡que buena boca, jodía!....¡eres una mamona de la ostia!...........¡Joder! ...
... me voy a correr!...........¡ostias, me corrooooooooooooooo!....¡sigue,sigue, cerda..!....................¡ya, ya, yaaaaaaaaaaaaaaa!........” y noté perfectamente su estremecimiento en mi lengua.
Yo seguí pegada a aquel coño que cada vez me gustaba más.
“Ahora querrás que te mee, ¿no?”, me preguntó como adivinando mis pensamientos. Yo asentí con la cabeza.
“Pues toma, puta”, dijo y me soltó un chorrazo de pis en la boca. Yo no desperdicié ni una gota. Ella se reía.
“Mira que eres guarra, paya”
Cuando acabó yo seguí saboreando el sabor salado de su meada lamiendo todo su coño y la cantidad de pelos que tenía. De pronto noté que empezaba a hacer esfuerzos. Yo creía que quería seguir meando y me preparé. Se tiró un par de pedos y noté como caía algo al agua de la taza del water y enseguida un olor inconfundible me inundó la nariz y la cara. Se estaba cagando.
“Perdona, reina. Me han entrado ganas”, me dijo como disculpándose. Como vio que no me retiraba se animo y siguió cagando con más fuerza.
“Vaya, pues si que eres una guarra como yo, paya. Te gustan los cagaos como a mí. ¡joder, que maca!”
De pronto me empujo hacia fuera, se levantó y se dio la vuelta. Después se agachó y me mostró su culo en pompa. Yo me lancé a por él. Tenía unas nalgas muy firmes y tersas para su edad. Yo se las abrí. En el culo tenía también muchísimos pelos y, como es lógico, tenía restos de su cagada anterior pegados a sus pelos. Yo me empecé a lamerle todo el culo de arriba ...