“COMPLETO”. No podíamos creer lo que veíamos en el cartel. Habíamos llegado por fin a la puerta de aquel camping en mitad del campo, entre pinares y junto a la playa después de un largo viaje y sin apenas dormir, ya que la noche anterior habíamos celebrado por todo lo alto las notas de los exámenes de Selectividad. Como premio, mis padres me habían dejado el viejo Renault Twingo para ir de vacaciones a Conil, en la costa de Cádiz, con los amigos del instituto.El propósito era pasar unos días de fiesta y descanso todos juntos por última vez antes de separarnos sin remedio para ir a la universidad, pero, de todo el grupo, finalmente fuimos sólo cuatro: David -uno de mis mejores amigos-, Virginia, Ana y yo, Carlos.Para asegurarnos, preguntamos en el mostrador de recepción. Nos dicen que, efectivamente, está completo, que el otro camping más cercano ha cerrado y por esa razón hay más gente que nunca… a no ser que quisiéramos ir a la “zona nudista”. Nos explican que es una parte separada donde el ambiente es mucho más tranquilo y las instalaciones son nuevas, y que allí no tendríamos problemas de sitio.¿Un camping nudista? Nos quedamos sin saber qué decir, con cara de tontos. -Ehhh… gracias… vamos a hablarlo…David y yo nos miramos un instante de manera cómplice. ¿Y si…? No, no podía ser… Hasta entonces, nuestras esperanzas no iban más allá de que quizá alguna de las dos se animara a hacer topless algún día. Pero, ¿desnudarse, así, de buenas a primeras?Yo: - ¿Y ahora qué hacemos? ...
... Los otros camping están más cerca del pueblo, así que lo más probable es que estén también hasta arriba.Ana: - No sé, tíos, pero yo estoy destrozada, necesito encontrar algún sitio ya, y estoy muerta de calor…Virginia: - Yo también. ¿Sabéis qué os digo? Que podríamos echar un vistazo. Total, somos amigos, ¿no? Yo pensaba hacer topless en la playa, y tú, Ana, también lo haces siempre en la piscina de tu casa. Y vosotros… bueno, tampoco sería la primera vez que os viéramos desnudos, ¿verdad? ¿No os acordáis ya de anoche?David: - No compares, anoche habíamos bebido todos y sólo fue un momento de desfase en la piscina de la urbanización, estaba oscuro…Yo: - Yo pienso como Vir. Entramos, y si no nos convence, pues ya intentaremos buscar otro sitio. Además, entre la playa y la fiesta, en el camping vamos a estar nada más que para dormir y ducharnos, ¿no?Ana: - Pero con una condición: de esto ni una palabra a nadie, ¿vale?Todos estuvimos de acuerdo.Dimos los datos en recepción y nos indicaron el camino. Realmente el camping estaba atestado. Al fondo del todo, tras una valla y un tupido seto, entramos a la zona nudista. Íbamos callados, nerviosos, pensando “¿en dónde nos vamos a meter?”. Nos cruzamos a la primera persona, una chica de unos treinta y tantos años que ni siquiera reparó en nosotros, totalmente desnuda, por supuesto. Se me caló el coche, y a las chicas les entró la risa. Un poco más adelante, dos niños desnudos en sus pequeñas bicis. Un matrimonio mayor leyendo y tomando ...