AMOR LESBO CON LA PEQUEÑA ACTRIZ PORNO
Entré al cuarto con cuidado y evidentemente estaba ahí, la encontré acostada, seguramente había quedado muy exhausta después de las escenas que filmamos, la creí dormida así que me acerqué a cubrirla con el cubrecama pues tenía el dorso descubierto y se había quedado desnuda al parecer, pero apenas me senté al borde de la cama me miró y me sonrió, le cubrí el pecho, y ella me agarró de la mano y me dijo: ¿Te quedas conmigo? Yo acepté porque estaba muy cansada y quería echarme a descansar también, entonces me acomodé a su lado, ella no paraba de sonreírme y me acaricio el pelo, gesto que me agrado mucho. Luego se atrevió a besarme y eso me gustó mucho más, compartió el cubrecama conmigo y ahí constate que se había quedado completamente desnuda, pues no traía ni calzoncito puesto.
Continuó besándome muy tiernamente, soltó mi pelo y dirigió su pequeña mano a mi escote sobre la bata que era lo único que cubría mi cuerpo desnudo, no tenía ningún reparo en que metiera la mano a mis pechos pues después de lo que habíamos hecho delante de las cámaras ya no había ninguna reserva entre las dos. Pero me miraba tan tiernamente aquella niña, que quedé prendada de su encanto, a pesar de que se dedicaba a hacer videos porno al igual que yo, encontré ternura e inocencia en la forma en que me miraba y en como se acercaba a darme sus besos tan cariñosamente. Ya había cogido una de mis tetas y me sujetaba el pezón como una niña tímida, había dejado ...
... de ser la diablita que se metía entre mis nalgas, como me gustaba la niña, así que le dejé que hiciera lo que quiera con mi pecho, así se lo hice saber, entonces ya con toda confianza me abrió la bata dejando al descubierto mis pechos y mi pubis, me gustaba como dirigía su mirada a mi cuerpo y para que lo disfrutara completo me descubrí hasta las caderas, luego ella se me vino encima y se acomodó con las piernas abiertas, por primera vez sentía su tierno coñito, lo tenía sobre mi abdomen por debajo de mis tetas, con su mirada sobre mí cara me quede quieta y me estremecí, pero ella continuó dándome besitos en la boca y haciendo que la rodeara con mis brazos llevó mis manos hasta sus nalgas, que no dude en tomarlas, como eran pequeñas las agarré muy bien. Esta vez sus besos se pusieron más apasionados y no dude en acariciarle el pequeño culito, incluso dedee su anito, nunca había sentido un anito tan cerradito, y eso me encantaba. Imaginé que aún no le había tocado entregar el culo en ninguna escena porno.
Le cogí firme de las nalgas y la eleve un poquito para que cayera sobre mi cuerpo, no paraba de besarme con pasión y entre besos la escuche decirme: mi amor…, te amo…, ámame. Sentí deseos de decirle que también la amaba y de llenarle la carita de besos, pero en este oficio el amor suele ser efímero, por lo que me contuve y solo hice lo segundo para corresponderla, ella era muy delicada y cariñosa, ya no como cuando filmábamos y se ponía como toda una guarrita, sin embargo, me ...