Dioses en la tierra - Relatos Eróticos

Dioses en la tierra

... excitacion aumento a limites insospechados, pues era la primera mujer que desfloraba analmente, asi que fui aun mas delicado al lamerselo y comenzar a pentrarlo con uno, dos y finalmente tres dedos, mientras ella se retorcia de placer, no solo por mis mimos sino tambien por la ensartada que se estaba dando con la verga de mi dios vikingo. Cuando la note suficientemente dilatada, me levante y acerque la cabeza de mi verga a su culo, empujando lentamente, mientras ella gemia casi a gritos, diciendonos que jamas habia sentido tanto placer y menos con dos hombres a los que amaba mas que a nada. Cuando podia, volteaba y se estiraba para besarme, alternando sus besos con Lex, mientras este le lamia los pezones y le estimulaba el clitoris con su dedo pulgar. El culo de Mariel estaba tan apretadito por ser virgen que no aguante mucho tiempo ensartandola, ademas de que el placer que ella sentia con dos vergas adentro tampoco era pequeño, por lo que llego el momento en que los tres tuvimos el mayor de los orgasmos que podamos recordar, gritando y gimiendo tanto que estoy seguro que todos los huespedes cogelones de esa tarde nos envidiaron por toda la vida.
Permanecimos unos minutos recostados en la cama, mientras yo acariciaba y besaba el hermoso rostro de mi dios nordico, y el hacia lo propio con el de Mariel. Nuestros cuerpos no tardaron mucho en responder a nuestras caricias, poniendo erectas las partes mas sensibles de cada uno, por lo que Mariel se levanto de la cama, sonriendo ...

... y brincando encima de mi, ensartandose mi verga hasta lo mas profundo de su rica panochita, y diciendo "es su turno de hacerme suya". Lex se incorporo de inmediato, colocandose detras de ella, y aprovechando su vaiven para acercarle y meterle lentamente su hermosa verga por el culo, a lo cual Mariel de nuevo comenzo a jadear lujuriosamente, besandome y acariciandome con desenfreno, mientras Lex le acariciaba la espalda y las piernas, al ritmo de sus embestidas, diciendo "que rico culo tienes, chaparrita hermosa, me arrepiento de no habertelo comido antes, aunque me alegro que lo hayamos guardado virgen para esta ocasion especial". Nuestros gemidos y jadeos eran cada vez mas fuertes y frecuentes, al tiempo que disfrutabamos de cada rincon de nuestros cuerpos. Yo estimulaba el clitoris de Mariel con mis dedos y lamia sus rosados pezones alternadamente, disfrutando de su dulce nectar, al ritmo de las embestidas de Lex y del vaiven que ella hacia para ensartarse mi verga, hasta que no aguantamos mas y nuevamente nos vinimos en un gran y ruidoso orgasmo.
Lex  de inmediato se acerco a mi y besandome apasiondamente me dijo "ahora es su turno de sentir esta hambrienta verga dentro", levanto mis piernas, colocandolas sobre sus hombros, apunto su cabeza hacia mi culo y empezo a empujar lenta y suavemente, mientras Mariel se dirigia hacia un costado de la habitacion, sacando de su bolso nada mas y nada menos que un delicioso arnes con pito, se lo coloco en la cintura, lo lubrico con el ...