La endidura perfecta parte 6 - Relatos Eróticos

La endidura perfecta parte 6

Ella está tumbada en la cama totalmente desnuda, su vagina tenía una endidura más solo un poco más antes la última vez ella dijo: -etoy cansada quiero descansar un poco antes de irme

Yo acepte, supuse lo peor así que le dije: -¿Tuviste sexo con ellos?

Ella me miró y me dijo muy tranquila: -claro que no, después que me corriera tres veces fue un poco más difícil ponerme húmeda así permití que me hicieran sexo oral, pero nada entro por ahí solo algunas veces metían sus dedos pero solo eso.

Yo: -¿desde cuando ellos hacen eso?

Ella: -es muy cansado para mí esperar tanto para correrme además de que ya no siento igual despues de ciertos órganos no le vi nada de malo que me hicieran sexo oral para apresurar todo además siento bien cuando lo hacen, desde ayer llevo haciendolo.

Estos tipos habían hecho que una chica tímida y tierna ahora fuera algo totalmente distinto. Mi mejor amiga se vistió y ambos nos fuimos de ahi, al día siguiente paso la misma rutina la única diferencia es que ahora sí me dieron la oportunidad de hacerle sexo oral a mi mejor amiga.

Al cuarto día yo no podía llegar temprano así ...

... que les avise que llegaría tarde, todos aceptaron, yo tenía que ir con mi mamá por algunas cosas.

Llegue casi cinco horas después de que todo comenzó, como mi mejor amiga no me contestaba supuse que estaba ahí todavía, toque la puerta y salió Pedro me dijo que ya habían terminado pero que Jimena seguía ahí, el se fue y yo entre. Adrian estaba en la sala, me dejó pasar a su habitación, ahí estaba Jimena, le dije: -¿hoy estuvo intenso?

Ella: -mas de lo que crees

Yo: -¿Que paso?

Ella: -hoy hicimos algo distinto, hoy solo hice orales, no tuve ningún orgasmo, pero si me moje tal vez de la situación.

Yo: -¿Que situación?

Ella: -ellos vendaron mis ojos y me hicieron adivinar primero cuál pene era de quién, no pude adivinar y ellos me dieron de nalgadas todo el día como castigo, después de eso me hicieron tener sexo oral con ellos todo el día con los ojos vendados, era difícil, cuando terminaba con uno el otro ya estaba dispuesto, hoy probé casi diez cargas.
 
Lo que me decía era extraño ningún hombre podía correrse tanto en el tiempo que me decía, no creía posible eso así que tenía que averiguarlo.