Soy una chica de 16 años, soy una estudiante lesbiana, voy en una escuela de mujeres pero esta es un tanto religiosa y conservadora asi que suelo tener cuidado con este tipo de cosas en cuanto a los maestros se refiere.
Tengo varías amigas pero entre todas destaca una, javiera, ella va en el mismo año pero en distinto curso, estoy todos los recesos con ella y caminamos juntas hacía nuestras casas, me parece muy bonita y de vez en cuando nos damos algunos besitos, ya saben, esos que se dan las amigas.
Un día, al término de las clases, ella tardaba en salir, entonces la fui a buscar a su salón, era la única que quedaba, todas se habían ido. la empecé a ayudar a terminar de ordenar sus cosas pero nos distrajímos y empezamos a jugar, estuvimos así un ratito pero de la nada me empiezo a fijar en sus labios, se veían tan lindos y besables asi que me acerqué a ella, le tomé la mejilla y la besé, ella unos segundos después se separó, creí que ahí había quedado todo, pero no, se había separado para cerrar la puerta del salón y así luego volver a besarnos pero más "seguras". retomamos el beso pero esta vez un poco más intenso(cabe recalcar que ambas somos nuevas en estas cosas) ,di unos pasos hacía atrás y me afirmé un poco en una mesa, acerqué su cabeza más para intensificar aún más el beso, sentí su lengua y eso hizo que me diera como una electricidad en todo el cuerpo, eso me calentó. Nunca nos habíamos besado así, siempre habían sido besitos cortos pero nada más.
Nuestras ...
... lenguas se rosaban, eso me encantaba y al parecer a ella también. Bajé mi mano, la tomé por la cintura y la atraje más hacía mi, apretaba su cintura o de vez en cuando solo la acariciaba.
De la nada escuchamos un ruido y nos asustamos, ella se separó rápidamente y me dijo que debía seguir ordenando sus cosas, salí del salón y revisé que no hubiera nadie, volví y me acerqué a ella por atrás, tomé su cintura le susurré que no había nadie y le besé el cuello, le dejé varios besos húmedos y ella soltaba algunos suspiros, luego la giré levemente para asi poder seguir con lo que estabamos, todo siguió como lo habíamos dejado anteriormente pero yo bajé más mi mano y le apreté un poco el trasero, luego metí mi mano por debajo de su camiseta y acaricié su plano abdomen, poco a poco fui subiendo hasta que llegué a sus pechos, no eran grandes pero tampoco pequeños, eran perfectos, los apretaba desesperadamente porque estaba calentándome demasiado, el sosten empezaba a molestar, traté de correrlo un poco para así tocarlos mejor pero justo escuchamos a unos maestros, nos separamos y ella se movió el sostén para así arreglar lo poco que había alcanzado a hacer, seguimos ordenando y luego cuando entraron los maestros nos echaron diciendo que no era horario de clases y que debíamos retirarnos del establecimiento.
Caminamos juntas hacía nuestras casas, como todos los días, no fue totalmente incómodo, lo único que nos incomodaba era lo calientes que estábamos y que no podíamos hacer nada por ...