1. Sobrina tuvo sexo con el Lobo, rito de iniciación


    Fecha: 17/09/2022, Categorías: Incesto Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    Domesticando a Lola, la putita del señor Lobo:
    
    La génesis de esta historia se origina cuando Lola, por ‘accidente’ encuentra la notebook de la tía abierta en un diálogo con el Lobo, la curiosidad produjo el intercambio por chat, luego la fantasía y el juego de seducción, casi no hubo espacio de lo virtual a la realidad, así pude hacerla mía, pero su curiosidad pedía más, ofrecerse ser la sumisa putita del Lobo, motivó el presente relato, que contiene el ritual de iniciación.
    
    El Lobo había cumplido el deseo de tomarte casi por sorpresa y hacerte el amor, atrevido y algo salvaje, apretándote contra el espejo, pasional, afiebrada y sobre todo dejarla satisfecha, su placer consumado le dejó gusto de sabor a poco.
    
    La pausa de la pasión duró muy poco, ahora renace y florece el deseo de repetirlo, de volver a sentir la carne del Lobo entrando en la suya, imponiendo el rigor salvaje de sentirse objeto, del Lobo, hombre mayor, dominante, posesivo, descubrió sus ganas de ser sometida, controlando sus deseos, desearlo con intensidad, dentro vibra y se agiganta su latente obsesión por sentir el miembro del Lobo abriendo su sexo, llenándola de semen creado solo para ella.
    
    Escribe pidiendo, rogando que necesita ser mi putita, el deseo se convierte en necesidad vital, recibir una respuesta activa a su erotismo, un breve instante de chat la deja acalorada, alocarse en deseo por regalarse, humedece su entrepierna, aprietas los muslos para disimular las pasiones desatadas. ...
    ... Pendiente al ciento por ciento, nada más importa que volver a sentirlo a pleno, regalarse, dispuesta a satisfacer todos mis deseos.
    
    Se había dejado hacer el amor, de pie contra el cristal, sentía mis manos separando las nalgas, el glande, levemente húmedo por el fluido pre seminal, deslizarse en la grieta, permaneciendo un instante en el centro del ano, se estremeció, asustaba el solo pensamiento de que el grueso miembro intentara adentrarse en su estrechez, preocupa no poder aguantar toda esa carne, aun así no se negaría, solo era miedo y temor por no poder satisfacerlo como se merece.
    
    Entendí sus temores, solo un instante apoyando el glande en el centro del orificio anal, le parecía eterno, bastó para activar el deseo por sentirlo. Son esos momentos decisivos donde la razón sucumbe a la pasión, si el Lobo hubiera seguido presionando hubiera colaborado aún a costa del dolor, satisfacer a su hombre se imponía sobre la del temor.
    
    Leí correctamente las señales temerosas de su cuerpo, seguí hasta la vulva, penetrarla con autoridad y determinación, dominar y someter tus temores, hacerle sentir todo el grosor de mi erección, bombear y presionar en sus carnes hasta llevarla al orgasmo tan temido, disfrutar la pasión de gozar y se gozada a pleno, sin concesiones.
    
    Puedo entender que anhelas ser una mujer a mi servicio, satisfacer mis instintos eróticos, tan pronto me insinúo que tengo ganas de poseerla, se derrite en el fuego sagrado de la ofrenda incondicional, ordené verme al ...
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