1. Nuestra tarde de verano


    Fecha: 19/04/2024, Categorías: Sexo Oral Autor: Tristante, Fuente: CuentoRelatos

    ... contraer con fuerza justo antes del orgasmo que me anuncias con tu mirada, ahora totalmente lujuriosa.
    
    Acerco mi boca a tu oreja para ordenarte en el preciso instante que más dispuesta te encuentras… “CORRETE!!...”, y siento como todo tu interior se inunda, mientras cierras los ojos fuertemente e intentas inútilmente acallar los gemidos que escapan de tu garganta.
    
    Y no lo dudo un instante. Deseo tan intensamente saborear tu néctar que, directamente, con más imprudencia que valentía me arrodillo en el suelo de la sala y desde abajo observo tu cara de sorpresa o, tal vez, de terror. Sueltas un pequeño grito, que parece traer escondido cuán loco me consideras. Pero, en realidad, es así de loco como me consientes y, lo sé, me deseas.
    
    Mi boca engulle todo tu sexo palpitante, y su sabor me traslada a lugares desconocidos donde el placer es infinito y nos inunda por todas partes. Endurezco mi lengua que empiezo a mover con rapidez y firmeza por tu clítoris que ahora noto más grande y noto como te hace sentir intensos latigazos que recorren toda tu espalda. Y casi de inmediato, por morbo, por excitación o por verdadero terror a que seamos descubiertos, siento como te corres en un segundo e intenso orgasmo con el que quedas extasiada. Solo alcanzo ...
    ... a escuchar la palabra “loco” susurrada varias veces, mientras con una mano me sujetas instintivamente la cabeza impidiéndome que deje de chupar profundamente tu caliente y chorreante vagina.
    
    Podría parar, o quizás debería, pero no es lo que nuestras almas, en este instante unidas, nos piden a gritos de deseo silencioso. Por eso, mi lengua empieza a chupar con profundidad los labios menores de tu sexo, al tiempo que los míos los absorben e introducen en mi boca. Mis dedos han vuelto a penetrar en tu vagina por detrás del clítoris y acompasan el movimiento lento de mi lengua. Poco a poco, vuelvo a notar como se inicia tu estado de tensión, de acumulación de placer recorriendo e inundando tu cuerpo hasta que empiezan a temblar tus piernas, y, totalmente fuera de control, me regalas un tercer orgasmo que empapa toda mi cara.
    
    No sé si alguien se ha percatado, y tu tampoco estás en disposición ni de planteártelo, pero ¿acaso nos habría de importar?
    
    Me levanto del suelo y me siento a tu lado, mientras abriendo un poco tus ojos me regalas la sonrisa de gozo más linda del universo, derramas una lágrima que contiene toda la felicidad que puede caber en el alma, y juntos leemos los títulos de fin de la mejor película que hemos visto nunca en el cine. 
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